Hoy no hay dispositivo, desde el smartphone hasta el GPS para el coche, pasando para el teodolito de obra o el ordenador de a bordo de toda embarcación, que no esté «georreferenciado». El GPS (Global Position Sistem) está por todas partes en la tecnología de todos los días y parece que no podemos prescindir de él. Naturalmente, cada dispositivo que recibe la señal desde la constelación de los satélites es un dispositivo eléctrico con sus buenos consumos.

El origen y el empleo más importante del GPS es el militar: sirve para posicionar a las tropas, para hacer desplazar con seguridad a aviones y barcos y también para bombardear. También hay un kit de gran éxito para el retrofit de las viejas bombas de avión en caída libre, notoriamente imprecisas. El kit se llama JDAM, y permite transformar una vieja bomba en un artefacto que se dirige con terrible precisión sobre el «punto GPS» que se le asigna.

Tanto el uso de energía eléctrica como la dependencia de un instrumento militar no podían resultar agradables para NOVA SOMOR. Sin embargo, la bomba solar se orienta en el mejor de los modos para captar lo mejor posible todo lo necesario para la irradiación solar. Por esta razón nuestras bombas solares están dotadas de una sofisticada herramienta de precisión, insensible a las interferencias electromagnéticas y que no necesita ser alimentada con energía eléctrica: ¡el colimador solar! Siguiendo las instrucciones que se adjuntan, solo hay que llevar la bomba solar en el horario indicado junto al pozo, u otro lugar donde la bomba solar debe trabajar, y el rayo de luz solar que pasa en el colimador indicará la orientación exacta. Otro caso donde una solución ecológica, económica y sumamente práctica y sencilla, que hace referencia al principio de funcionamiento de los relojes solares inventados hace miles de años, es más adecuada y prestante respecto a sofisticadas y costosas tecnologías recientes.